Galería Vértice

Con motivo de esta exposición se ha editado un catálogo con texto de Fernando Castro Flórez y la reproducción de las obras.

FRANCISCO SUÁREZ es doctor en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca.

Expone por primera vez de forma individual en la Galería Vértice de Oviedo. La inauguración tendrá lugar el Jueves 13 de Marzo a las 19:30 horas.

Desde mediados de los noventa su trabajo se ha centrado en explorar ese punto en que convergen el azar y el orden, en poner en confluencia el comportamiento de los materiales pictóricos con la actividad ordenadora del artista. Su pintura se puede encuadrar dentro de una abstracción de corte lírico en donde, sin embargo, la geometría juega un papel importante.

Ahora bien, frente a la frialdad a que puede conducir lo geométrico, su obra guarda como seña de identidad constante el calor y la pulsión misteriosa de lo que ha surgido de forma espontánea. Se diría que el artista quiere desaparecer de la superficie del cuadro. Fernando Castro Flórez lo señala así en el texto que se incluye en el catálogo: «… vemos un cúmulo de gestos, la superposición y organización de los materiales, el anhelo de lo inanimado por cobrar vida, pero no vemos la mano misma. La imagen es un inmenso poema sin palabras, en esa superficie están los acontecimientos a merced de la gravedad […] Lo que sucede en la pintura de Francisco Suárez no es, propiamente, gestual sino una serie de acontecimientos calculados, pulsiones que actúan casi por cuenta propia. Podríamos decir que es el cuadro el que se gestualiza revelándose como un territorio de la más extraordinaria fertilidad».

Pero también la calidez de sus imágenes se debe al uso del color. Fernando Castro afirma que «es un verdadero maestro en el arte de modular los colores, con una capacidad increíble para pesarlos. Francisco Suárez está buscando el calor cromático, no quiere producir una estructura fría y cerebral sino llegar a un dispositivo sensual, en el que lo geométrico nos transporte hacia otro sitio«.

Efectivamente, este artista pone como objetivo fundamental de la obra establecer una verdadera comunicación con el espectador. Su pintura se ha ido depurando, ha ido enmudeciendo. Dice Fernando Castro: «El imaginario acuático de Francisco Suárez se ha vuelto nocturno, manteniendo su silenciosa reverberación, funcionando como el umbral de lo imprevisto […] encontramos en la pintura de Suárez un tono poético emocionante, así como la determinación de poner hitos a la memoria; no se trata de anécdotas o de relatos cerrados sino de atmósferas seductoras, de enigmas sin solución, de hermosos desplazamientos que nos dejan un sitio”.

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