Galería Vértice

ÍÑIGO CALLES expone por primera vez, de manera individual, en Vértice. La inauguración tendrá lugar el Jueves, 31 de Enero, a las 19:30 horas.

Íñigo Calles conoce la fotografía de mano de su padre, y se interesa a fondo en ella apenas cumple los veinte años, coincidiendo con su etapa universitaria. Autodidacta en este primer período de aprendizaje, practica técnicas de conservación fotográfica como la goma bicromatada, al tiempo que desarrolla en casa su propio laboratorio, para trabajar, básicamente, en blanco y negro.

El artista vive doce años en Lanzarote. La isla y su mar le enamoraron. La luz atlántica, la belleza volcánica y su gran afición por la náutica, marcan, con pasión, su primer período productivo. Durante esa época, aunque el oficio de fotógrafo no era todavía el centro de su mundo, deja su huella en algunas exposiciones montadas en su ciudad natal, San Sebastián, en la Sociedad Fotográfica de Guipúzcoa, y en Lanzarote, en la Galería Cinema (Paisajes e Imágenes foto-gráficas de Lanzarote), que se alternan con reportajes realizados para la revista Yate y Motonáutica, centrados casi todos en su viaje en velero, durante dos años, por los mares caribeños y caboverdianos.

Su segunda época tiene que ver con la llegada a Asturias en 1993, tierra en la que fija su residencia. Es a partir de entonces cuando participa en el taller experimental de Humberto y en el Cuaderno de Campo de Joan Hernández Pijuan. En el 2002 decide que la fotografía sea el centro de su actividad principal, y se implica, para dar a conocer su obra, en exposiciones individuales y colectivas: Certamen Nacional de Arte de Luarca, Entrefotos 03, 04, 05 y 06, en el Centro Cultural Conde Duque de Madrid, galerías Dasto, Ángulo y Vértice en Oviedo, Fundación Mondariz, Clics de Extremadura, Notodofotofest y Concurso de Fotografía Purificación García. En muchas de sus apariciones es seleccionado o mencionado.

Paisajes Rebelados

Las fotografías que ÍÑIGO CALLES expone en Vértice, y que forman parte de un proyecto abierto, “Paisajes Rebelados”, son espacios industriales asturianos que, concluido su ciclo productivo, y abandonados, vuelven a encontrarse con la naturaleza. La mayor parte de las fotos centran su atención en esos espacios y paisajes robados, primero a la naturaleza para su edificación, y posteriormente recuperados por ésta. No son imágenes explícitas, pues existe la intención de una lectura plural por parte del espectador.

El artista atrapa la plasticidad de los espacios arruinados, lóbregos, recolonizados por la vegetación; de ahí que aparezcan esos motivos vegetales en algunas de sus estampas.

Huye de la reproducción mecánica del objeto fotografiado, y resalta muchas sutilezas para ser traducidas de modos distintos.

El paisaje se rebela y vuelve a conquistar su espacio.

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